Este verano, ¿flotador sí o flotador no?

Si no estáis disfrutando ya de unas merecidas vacaciones estivales en familia, seguro que estáis a punto de hacerlo. Y seguro que allí donde estéis o vayáis a estar habrá una playa o una piscina en la que los niños se la gozarán durante estos días.

Pues bien, esto nos sirve para introducir el tema que hoy vamos a tratar en este post. Llega la hora de que los niños pequeños se bañen y… ¿flotador sí o flotador no? Efectivamente, el uso del flotador es uno de los eternos debates con opiniones para todos los gustos, de ahí que hoy simplemente queramos aportarte varios puntos de vista y darte algunos consejos prácticos para comprar este complemento de baño.

¿En qué reside la polémica del uso del flotador?

Todos los padres temen el momento en el que sus hijos quieren bañarse en el mar o en la piscina. Si se trata de bebés pequeños, el problema es menor ya que lo harán siempre en brazos pero cuando tienen cierta autonomía la cuestión cambia. 

En el caso de niños de 4, 5 o 6 años, que incluso saben defenderse en el agua, el uso del flotador suele venir acompañado de cierta controversia. ¿Son seguros y ofrecen una garantía de baño a los padres o, por el contrario, puede ser un peligro para ellos?

No podemos olvidar los aspectos que vamos a enumerar a continuación, que suman y restan a la hora de valorar el uso del flotador por parte de los más pequeños:

  • Por un lado, limitan el movimiento lo que retrasa el aprendizaje natural y la capacidad de los niños de defenderse en el agua.
  • Por otro lado, les ayudan a mantener una mejor flotación y equilibrio dentro del agua, lo que es bienvenido para los pequeños que no se hundirán.
  • Sin embargo, aportan una falsa sensación de seguridad a los padres que se confían y prestan menos atención, aumentando así el riesgo de accidentes.

Es evidente que como elemento para evitar un ahogamiento, el flotador es esencial y su aportación es totalmente positiva porque impide que los niños se hundan. Pero esto nunca puede venir acompañado de una despreocupación total ya que se trata de niños que no saben nadar ni defenderse plenamente en el agua.

Conclusión: los niños no deberían usar todo el rato el flotador para que no se acomoden y se esfuercen por mejorar sus movimientos en el agua pero, cuando lo usen, gozarán de una mayor seguridad que, en ningún caso, significa que el contacto visual y la vigilancia constante pueda omitirse. Al contrario, hay que estar pendientes y en una posición cercana por si fuera necesario actuar de inmediato.

Consejos para escoger el flotador adecuado.

A la hora de elegir un flotador para tu hijo, deberás tener en cuenta dos cosas fundamentales: su edad y el grado de flotación que permite el dispositivo. 

A mayor grado de flotación, más difícil será que pueda sumergirse accidentalmente y sufrir un ahogamiento (o un susto desagradable). Pero como aspecto negativo, la mayor flotación supone un menor arco de movimiento, lo que limitará en cuanto al aprendizaje de nadar y moverse en el agua. Es aconsejable uno de más flotación cuando el niño tiene 3 o 4 años y se baña en el mar (siempre que esté tranquilo, sin olas ni corrientes  y con adultos muy cerca) o en la piscina.

También debes asegurarte de que el flotador está homologado por la CE, que tiene instrucciones de uso y que están recogidas adecuadamente y que el límite de peso inferior y superior está especificado. Es importante seguir las recomendaciones del fabricante en todo momento.

Insistimos en que el uso del flotador nunca puede sustituir la vigilancia cercana de los padres ya que el mínimo descuido puede provocar un accidente. 

Desde Escuelas Jauja te deseamos un feliz verano. Y recuerda que ya está abierto el plazo de matrícula en nuestra escuela infantil en Valdemorillo y Majadahonda.