Ofrecer una alimentación infantil saludable y equilibrada es uno de las prioridades tanto en nuestra escuela infantil en Valdemorillo como de nuestra escuela de Majadahonda.
Para nosotros, no solo es importante ofrecer menús de calidad a nuestros alumnos sino que nos parece fundamental que los niños aprendan a alimentarse de manera sana, especialmente durante la etapa comprendida entre los 0 y los 2 años que es cuando se adquieren los hábitos alimenticios.
Porque en el ámbito de la alimentación infantil se deben atender tanto a las necesidades físicas como psíquicas de los niños. Dentro de las primeras, se encuentran las nutricionales y en la segundas, la posibilidad de crear hábitos alimenticios que permanezcan a lo largo de la vida, pues de ellos depende, en gran parte, su normal desarrollo y buena salud.
Cómo evoluciona la alimentación infantil
A partir de los nueve-diez meses, cuando se puede desplazar autónomamente, bien gateando o bien andando, el niño entra en una etapa llamada de “idilio con el mundo” donde le falta tiempo para investigar, experimentar, explorar todo lo que encuentra a su paso. De la misma manera, también necesita explorar los alimentos, probar diferentes texturas, olores, sabores…y es el momento idóneo para introducir la alimentación sólida.
Cuanto más tardemos en introducir la alimentación sólida, más difícil será hacerlo pues los niños se aferran a la etapa anterior, cuando se alimentaba succionando. Si a un niño le motivas a crecer es incoherente seguir alimentándolo como si fuera un bebé. Cuando la madre frena su interés de probar otros alimentos que no sean el puré o la papilla, está impidiendo su crecimiento psicológico y sus ganas de ser mayor.
Muchas madres muestran un interés desmesurado por quitarle el pañal o el chupete en edades muy tempranas, pero se niegan a introducirle una alimentación sólida por miedo a que pierda peso. Sin embargo, al introducirle la alimentación sólida, ya no necesitan comer tanto pues están recibiendo una alimentación equilibrada y sana. No hay que “atiborrar” a los niños y pensar que cuanto más coman, más sanos estarán.
A partir de un año, iniciado el proceso de separación-individuación, el niño presenta unos deseos inmensos de ser independiente. Empieza a desplazarse por sí mismo y un abanico de posibilidades se le abren para descubrir, explorar y conocer. Esto, unido a una mayor madurez de la percepción sensitiva, le permite diferenciar diferentes sabores, olores y texturas, que hacen que el niño rechace la aburrida alimentación del puré de verduras y papillas que tenía hasta ahora para lanzarse a descubrir otros alimentos y a demostrar sus deseos de comer solo.
Estos signos de independencia están acompañados por un sentimiento de seguridad en sí mismo, que él desea que sea percibido por sus padres y personas que están a su cargo, cosa que a veces es difícil de aceptar por estos. Es conveniente que los padres se adapten al cambio y al carácter de las demandas que su hijo les plantea.
Normas para crear un buen hábito en la alimentación infantil
En la alimentación participan todos los sentidos y son tan importantes las percepciones adquiridas en el gusto como en el olfato, el tacto y la vista. A partir de que el niño puede comer cualquier alimento que se incluye en un menú infantil es conveniente:
1º.- Presentar el plato de una manera estética, variada y de fácil masticación
El alimento primero tiene que “entrar “ por los ojos, pues es el primer sentido que participa. También al principio, debemos permitir que el niño coma con las manos pues necesita tocarlo y olerlo todo. Tocarlo porque el tacto, junto con la vista, son los sentidos que más ayudan al niño para conocer lo que le rodea.
Poco a poco, se puede ir introduciendo la norma de “se come con la cuchara” y, una vez que ha experimentado y adquirido la coordinación óculo-manual que le permite introducir la cuchara en la boca sin que se derrame el alimento, irá abandonando la costumbre de comer con las manos.
A muchos padres les cuesta tolerar esta forma de conocer el alimento porque se manchan mucho, pero es primordial para crear una actitud positiva frente a la comida. Hay que ponerle un babero grande con mangas para que experimente con la comida y disfrute en este proceso.
2º.- Respetar un horario fijo para las comidas
Si se le hace esperar demasiado tiempo o se le da la comida cuando no tiene hambre, esta situación se convierte en un problema y en algo muy poco gratificante para ambos, de ahí la importancia de mantener unos horarios fijos como hacemos en nuestras escuelas infantiles.
3º.- La hora de la comida es la hora de la comida
Cada acto que el niño realice, para que se convierta en hábito en su comportamiento, tiene que ser consciente de lo que está haciendo. Nada de distraerle con cuentos, televisión o juguetes. Él tiene que ser consciente de lo que come, de la textura, del sabor, de la temperatura, del olor y poner atención para coordinar los movimientos y utilizar correctamente la cuchara y el tenedor, etc.
4º.- Debe comer lo que se le ponga en el plato
Es mejor empezar con menor cantidad pues a los niños les hace más ilusión terminárselo todo y poder repetir que enfrentarse a un plato rebosante y que se sientan incapaces de acabárselo entero. El niño empezará a comer solo, después le ayudaremos un poco para que sea él el que lo termine y diga lleno de satisfacción: ”yo solito”.
5º.- Debe tener un sitio fijo para comer
No se debe levantar hasta que no termine la comida y, si come con hermanos o padres, hasta que terminen todos. Nada de perseguirle por la casa para introducir la cuchara en su boca.
6º.- Variedad en la alimentación infantil
En estas primeras edades es cuando se crea el hábito de alimentación y hay que introducirle, poco a poco, todos los alimentos para que se acostumbre a los que son los habituales en la alimentación infantil.
No hay que darse por vencido ante el primer “no”, ya que este puede ser meramente circunstancial; hay que volver a presentárselo unos días después y siempre poco a poco. Es necesario que lo pruebe, dos cucharas, después tres… hasta que llegue el día que coma todo el plato.
Muchas veces, un niño come bien un alimento hasta que un día, no sabemos por qué, deja de gustarle. Hay que presentárselo nuevamente porque muchas veces es una actitud de autoafirmación con poca base racional.
Es un error gravísimo en el que caen muchas madres que es prepararle solo las comidas que saben que le gustan para que no haya conflicto a la hora de comer. La madre tiene que decidir lo que debe comer el niño, no al contrario. Si no lo quiere, no se le debe preparar otro plato y es mejor que no coma a que él decida lo que va a comer.
Nuestros gustos culinarios los transmitimos de manera inconsciente a nuestros hijos, ya que no le ofrecemos aquellos alimentos que a nosotros no nos gustan y eso se va heredando de padres a hijos. Hay que darles de comer de todo, aunque a los padres no les guste prepararlo ni comerlo. Nosotros somos el modelo a imitar y los niños aprenden imitándonos en todo. Si nunca te ve comer fruta, ¿cómo pretendes que el niño la coma?
7º.- No se pueden exigir muchas normas al mismo tiempo
La principal es que coma, después ya le puedes introducir la postura correcta, el respeto por la comida del de al lado, la utilización correcta del cubierto, que no se manche, que no tire comida al suelo… etc.
8º.- Los menús de casa deben estar coordinados con la escuela del niño
De esta forma, serán un complemento de lo que ingieren en ambos espacios. No se le puede exigir a la escuela infantil la completa ingesta de todos los alimentos recomendados por el pediatra pues también pasa muchas horas en casa, en la que también se tiene que continuar con este aprendizaje.
Hay que tener unos criterios comunes en la escuela y en la familia frente a este hábito para que el niño lo pueda integrar en su comportamiento de manera coherente. Nos encontramos con muchos casos en que, en nuestras escuelas infantiles le estamos enseñando a comer fruta y en cambio en casa, le dan petit suisse o yogurt que es lo que le gusta y nos exigen que le sigamos dando fruta porque en casa no la come.
9º.- La comida está muy relacionada con el afecto
La comida simboliza el amor que la madre ofrece al niño y este la puede utilizar como arma para manejar a su madre. Si él detecta la preocupación de la madre porque coma bien, este va a manejar la situación para sacar provecho ventajoso. Los padres no pueden entrar en este juego. Como siempre decimos: FIRMEZA Y PACIENCIA. No alterarse, no ponerse nerviosos, no cambiar de plato hasta adivinar cuál es el que quiere… se le presenta el plato que LOS PADRES hayan dispuesto (los hay que le preguntan al niño lo que quiere para comer) y es lo que tiene que comer en el tiempo disponible para ello.
Si no lo quiere, se le retira y no se le ofrecerá más hasta la siguiente comida. A los pocos días se dará cuenta que con la comida no nos puede manejar y cederá ante su intento.
10º.- Los niños entre uno a dos años aprenden a beber en taza o vaso
Primero hay que llenarlo poco para que no lo viertan y se le irá llenando conforme vayan adquiriendo mayor coordinación.
11º.- El niño pequeño debe hacer cuatro comidas al día y no se le debe permitir comer fuera de las horas asignadas para el alimento
Hay niños que se pasan todo el día comiendo galletas o pequeños deleites y después no comen la comida. Para los niños más mayores que pueden abrir la nevera o los armarios de la cocina, no se les debe permitir coger lo que ellos quieran cuando ellos lo deciden.
La masticación de los alimentos desarrolla el fortalecimiento de los maxilares y, por tanto, del aparato fonador, fundamental para la adquisición del lenguaje y pronunciación de los sonidos que constituyen las palabras. Por eso es muy importante introducir la ingesta de frutas en trocitos y abandonar la papilla cuando ya se ha introducido la alimentación sólida. Los niños se deben acostumbrar al sabor de las diferentes frutas, degustando y masticando cada una por separado y ofreciéndoles una gran variedad. Si no introduces las frutas enteras desde muy pequeños, luego es muy difícil hacerlo posteriormente. Es incoherente mantener la papilla de frutas cuando ya puede masticar los alimentos sólidos.
La alimentación infantil tiene una gran importancia y en nuestras escuelas infantiles en Majadahonda y Valdemorillo prestamos especial atención a este aspecto. Por eso contamos con comedor en el que se sirven menús elaborados por nosotros mismos y con productos de temporada. Acércate a Escuela Infantil Jauja si quieres saber más sobre nuestro proyecto educativo en el que la alimentación juega un papel primordial.